Tuesday, May 26, 2015

¡Las Mentiras solo traen más Mentiras!

Todos hemos dicho una mentirita blanca alguna vez en la vida… Pero hay personas que eligen la mentira como un estilo de vida, así como lo leen: “UN ESTILO DE VIDA”. Cuando esto sucede es cuando todos los que estamos alrededor de los mentirosos nos vemos afectados de una u otra forma. Las mentiras siempre terminan en drama, dolor, lágrimas, decepción, ira, rabia, venganza y una cantidad de sentimientos negativos que solo destruyen y destruyen.

Me costó mucho aceptar que había unido mi vida a un mentiroso, y eso desencadenó una serie de eventos que pasaron de ser desagradables a dolorosos e incluso destructivos. Cuando descubrí las mentiras de mi pareja (hoy en día ex-esposo), pasé días y hasta meses tratando de entender, justificar o buscar una explicación a todo el daño que esto me hizo, y le hizo a mi familia y amigos. Lo único que logré con esto fue perder el tiempo, porque no hay explicación posible ni suficiente para justificar el engaño y el daño que recibe una persona que confía y entrega de corazón, su tiempo, dedicación y muchas otras cosas más, hasta dinero.

Después de mucho tiempo… entendí que los mejores remedios para enfrentar las consecuencias de las mentiras recibidas fueron el tiempo y el enfoque, (así de cursi pero cierto). No hay nada que se pueda hacer para remediar el pasado, tampoco sirve auto flagelarse por sentirse débil, tonta, confiada, etc.; muchos CAEMOS POR INOCENTES alguna vez en nuestra vida y eso no es ningún pecado, eso es ser HUMANO, lo importante es analizar bien toda la situación y determinar lo que queremos hacer de allí en adelante, porque el futuro si lo podemos planificar y cambiar.El sentirme engañada afectó mi autoestima, mis ganas de vivir, los planes que tanto había anhelado, mi salud, hasta mi aspecto físico. Descubrir que había estado viviendo un mundo de mentiras fue demasiado fuerte para mí en ese momento y pues lamentablemente me derrumbé y empecé a deteriorarme en muchos aspectos de mi vida.

No sabría decir exactamente en qué momento o que cosa me hizo reaccionar y despertar a la nueva percepción de vida que tengo hoy en día, pero sí puedo decir que una vez que empecé a levantarme, la mejora fue progresiva.
Tengo que agradecer a mi gran amigo Luis por haberme sugerido y recomendado trabajar con una excelente psicóloga, que más que hacerme terapia, lo que hizo fue escucharme, entenderme y guiarme en ese camino de reconstruir mi vida y levantarme de esa profunda decepción que sufrí. Me ayudó muchísimo el pedir ayuda profesional, ya que poco a poco me estaba hundiendo en la tristeza y no podía siquiera realizar cosas tan simples como tomar una ducha, comer, peinarme o hacer la cama, mucho menos pensaba en salir de mi casa o comunicarme con nadie.

Esta terapia me permitió aceptar lo que para mí era inaceptable, me ayudó a entender que no tengo control sobre las malas acciones de los demás. Lo más importante fue entender que yo si merezco que me pasen cosas buenas, pero para disfrutar de ellas, inevitablemente debo lidiar con las malas también y saber equilibrar mi balanza personal con cosas positivas, con cosas que me llenen y me hagan feliz. Para ello tuve también que dejar de hacer y dejar de permitir cosas que sencillamente no me gustaban así como no aceptar situaciones sin beneficio alguno para mí, todo esto sin sentir remordimientos.

Yo siempre había tenido una personalidad dominante pero no impositiva, siempre estaba dispuesta a expresar lo que pensaba y sentía, sin embargo con mi pareja permití muchas cosas que me llevaron a todo este desenlace dramático y doloroso.

No puedo decir que hoy en día tengo la vida perfecta, puesto que aún sigo lidiando con mis problemas, pero lo que si me llena de satisfacción es que todos los días me voy a dormir satisfecha con mis acciones y decisiones del día y me levanto con ganas de seguir buscando alternativas para enfrentar mis problemas. Me siento satisfecha con la persona que soy, me siento feliz de haber dejado atrás el lastre que me impedía sonreír y vivir, y sigo en la constante e interesante búsqueda de la felicidad, ya que eso es algo se convirtió en un hábito sano para mi vida.

Hoy en día evito engancharme en relaciones o situaciones que no me producen felicidad, alegría o por lo menos tranquilidad y confianza. Le doy el lugar y tiempo que considero justos a cada persona en mi vida. Antepongo mis necesidades a cualquier favor o ayuda que pueda ofrecer, porque definitivamente esta frase es muy cierta “PARA PODER AYUDAR A ALGUIEN MÁS, PRIMERO DEBO ESTAR SEGURA QUE YO ESTOY BIEN”. Y lo más importante, cuando siento que alguien me dice mentiras o se quiere aprovechar de alguna forma de mi confianza, tomo una de estas dos acciones: se lo digo de frente para que no me vea la cara de tonta, o me alejo definitivamente para no contaminarme.

Evito o modero mi interacción con personas misteriosas, complicadas, que siempre tienen un cuento o excusa para todo, las que quieren jugar al vivo, las que nunca tienen tiempo para nada, las que dicen que “todo lo saben”, en fin, trato de rodearme de gente con energía positiva y que comparta mi sentido dela moralidad y convivencia sana.


Trato de vivir mi vida un día a la vez y sobre todo VIVO cada momento como el más especial de todos. Esto no me garantiza el no volver a equivocarme, pero si me permite disfrutar más y establecer mis prioridades para sentirme mejor en todos los sentidos.


Fotografía: Corbis.com


No comments:

Post a Comment