Tuesday, June 9, 2015

"El Mar: Una de las mejores medicinas para el alma"

Para mí, el significado de unas buenas vacaciones está siempre ligado al olor del mar… Es que el dicho es totalmente cierto “En el mar la vida es más sabrosa”

Desde pequeña he disfrutado siempre el ir a la playa y pasar el día entero allí. En todas las etapas de mi vida siempre he disfrutado del mar en distintas circunstancias, conciertos, parrillas, fiestas, tragos, música, sonrisas, largas siestas, caminatas en la orilla, muchos amigos, familia, romance y hasta unos cuantos sustos.

No soy de las personas que buscan diversión extrema en el mar, yo prefiero sentarme en la orilla y disfrutar del sonido del mar, su olor y el paisaje por horas. Caminar por la orilla, echar cuentos con mi hermana o amigas, o disfrutar de un buen trago mientras recordamos o nos contamos nuevas anécdotas o destrozamos al hombre de turno, jajaja. Definitivamente es un ambiente que me relaja, me calma, me ayuda a pensar mejor las cosas y sencillamente me hace sonreír y sentirme feliz.

No puede faltar un rico pescado frito a la orilla de la playa, unas buenas ostras, o cualquier delicia marina, eso es algo que no tiene precio.

Y para beber…todo depende de la época, la compañía y la cartera. Desde una cervecita bien fría, pasando por guarapita, amaretto con jugo de naranja, hasta el whisky con agua de coco.

Cuando la compañía es buena, y la playa hermosa, “todo es bello” como dice una de mis grandes amigas.

En mi opinión, Venezuela tiene las playas más hermosas que he visitado, la arena blanquita, el agua calientica, el paisaje perfecto y la gente más pintoresca. Realmente me siento afortunada de haber conocido muchas de estas bellezas naturales, y aun me quedan muchas que espero poder por conocer.

Despedir o comenzar el año con un buen baño de playa fue una tradición que por muchos años seguí, incluyendo celebrar el cumple de una de mis grandes amigas los primeros días de enero. El año pasado retomé esta tradición en familia, y después de muchos años tuvimos los cuatro unas vacaciones playeras. 

A pesar de las dificultades económicas que atraviesa Venezuela actualmente, la escasez y lo extremadamente caro que es todo, hicimos un buen esfuerzo para equilibrar todo eso y disfrutar de nuestra familia, y la naturaleza que es simplemente perfecta. Bastó con estar 30 segundos en la playa para desconectarnos de todo lo difícil que significa vivir en Venezuela. Claro, la magia  terminó el segundo que volvimos a la ciudad, pero igual me siento bendecida de esa gran oportunidad de disfrutar con mi familia en un paraíso como el Parque Nacional Morrocoy.

Lo que sí me entristeció mucho, fue ver tanta basura que dejan los temporadistas sin ningún remordimiento, latas y botellas de cerveza, pañales sucios, bolsas vacías de papitas, etc. 


Valoremos las bellezas naturales que Dios nos regaló, no todos tienen la oportunidad de disfrutarla, cuidemos lo que tenemos para que otras personas también lo puedan disfrutar.


Fotografía: Propiedad de Sonrisas e Historias


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